Hoy os voy a hablar de un producto que cada vez está más presente en mi cocina: el parmesano.

De pequeño (y hasta hace no tanto) pensaba que el parmesano rallado se comía solamente con la pasta. Ahora, se ha convertido en un ingrediente que no puede faltar en mi nevera. ¡Para hacer recetas improvisadas es un comodín seguro!

Como ya sabéis, se trata de un queso italiano con denominación de origen que está hecho a base de leche de vaca. En la cocina se puede usar rallado o troceado. Yo lo suelo comprar rallado porque así es como se consigue fácilmente en cualquier supermercado, y además, es mucho más económico. Lo utilizo como condimento para platos de sopa (véase mi Crema de calabacín gourmet), y sobre todo, para aportar interés a mis ensaladas. También lo suelo añadir a mis arroces para que me salgan más sabrosos, y, por supuesto, para todo tipo de salsas para pasta.

Si queréis hacer un aperitivo gourmet original, probad a hacer unas ricas piruletas de queso parmesano. ¡Un aperitivo gourmet que gustará a adultos y a niños! Se hace así:

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