Los conocidos huevos a la benedictina, también llamados huevos benedictinos, son una de las mejores ideas para un brunch dominical. Se trata de una tostada de pan acompañada de una loncha de jamón york, huevos poches o huevos escalfados cubiertos de salsa holandesa. También se pueden hacer con salmón ahumado en lugar de jamón (y nuestro menú brunch se convertiría en “huevos royale”).

Ingredientes:

* Para los huevos escalfados:

2 huevos por persona
1 cucharada de vinagre
½ cucharadita de sal
1 olla grande con agua

* Para la salsa holandesa:

125 gramos de mantequilla sin sal
2 yemas de huevo
1 cucharadita de zumo de limón
una pizca de pimentón dulce

Tiempo de preparación total: 15 minutos
Tiempo de cocción total: 15 minutos
Número de comensales: 2-3

Para hacer esta receta lo primero que hacemos es llenar una olla grande (y cuando digo grande quiero decir bastante grande (veáse la imagen) con agua, media cucharadita de sal y una cucharada de vinagre blanco (para facilitar la coagulación).

Llevar a ebullición. Cuando esté a punto de hervir, es decir, hirviendo con burbujeo muy suave, bajar la temperatura del fuego hasta conseguir que la temperatura del agua se mantenga igual (que no aumente ni disminuya el burbujeo). Es muy importante encontrar ese punto, ya que si las burbujas son demasiado fuertes se nos deshará el huevo en el agua. Si por el contrario, no hay ningún burbujeo, el huevo se quedará pegado en el fondo de la olla. Por eso es necesario, de vez en cuando subir o bajar un poco el fuego a medida que estemos pochando los huevos.

Aquí os dejo un video para que podáis ver cómo tiene que ser el burbujeo más o menos:

Preparar un plato con hielo y una espumadera.

Cuando consigamos esta temperatura del agua, echamos los huevos de uno en uno y muy despacido. Cada huevo tardará entre 3 y 4 minutos (suficiente para que la clara quede cuajada y la yema líquida) en hacerse, dependiendo del tamaño. Cuando el primer huevo esté hecho, lo sacaremos con la espumadera y lo dejamos reposar en el plato con hielo unos segundos. Esto ayuda a que el huevo se cuaje y no  se nos deshaga en el plato. Sólo después metemos el segundo huevo en la olla. Pasado un  minuto podemos quitar el huevo del plato con hielo y apartarlo en un plato normal.

Cuando tengamos hechos los huevos escalfados, preparamos la salsa holandesa a la manera que ya os expliqué en un post anterior:

Ahora solo queda servirlo, y ¡disfrutar del  fin de semana!

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